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lunes, 30 de enero de 2017

¿POR QUÉ DEBEMOS ASISTIR A LA MANIFESTACIÓN EL 5 DE FEBRERO?

El próximo domingo, 5 de febrero, tenemos una cita para defender a todas las víctimas de la práctica cinegética. Habrá manifestaciones en 25 ciudades españolas. Las más próximas a nuestra zona son Cáceres y Mérida a las 12h.

Febrero es un mes fatídico para miles de perros que han sido utilizados para la caza ya que, como venimos viendo año tras año, terminarán abandonados o muertos. Es en este mes cuando las asociaciones que se dedican a rescatar específicamente a este tipo de razas están completamente saturadas con la multitud de casos de abandonos que se presentan.



Solamente llevamos tres años trabajando por los derechos de los animales y, desgraciadamente, hemos visto y nos han contado demasiadas historias del sufrimiento que tienen que pasar  estos perros que son utilizados para esta práctica.

Cuando las camadas nacen, muchas de las crías son descartadas y esto no lo controla absolutamente nadie. Nos encontramos con episodios como el último en el que intervino nuestra asociación; dos crías de galgo tirados vivos a un contenedor de la calle Miguel de Cervantes en el Barrio de “Matapalo” en Campanario.
Cuando a los perros utilizados para cazar se les empieza a enseñar a hacerlo, porque por mucho instinto que digan que tienen hay que enseñarlos, obviamente no todos son todo lo bueno que a sus dueños les gustaría que fuesen. Ahí empieza el segundo “descarte”, si ellos “prueban un perro” y no les gusta cómo lo hace muchos cazadores no se molestan ni en implantarle el microchip, de esta manera lo que hagan con este animal (darle, abandonarle o matarle) les resultará más fácil hacerlo si no está identificado (aunque aparecen muchos perros con el cuello sajado para extraerle el chip, también encontramos a un bretón en este estado tirado en un saco a las afueras de nuestro municipio).

Una vez seleccionados los perros y con el chip implantado (porque según la ley es obligatorio a partir de los tres meses de vida aunque no siempre se cumpla la ley) empiezan a cazar y la cosa se puede torcer. Aquí viene donde en “Mi blog de galgos”, escrito por un cazador, sale a relucir el tema de las envidias, él dice textualmente “No había tanta envidia, no había tanta ambición. La competición la veía “como un mundo inalcanzable” por jara y sedal una vez al año”. Por lo que entendemos que hoy se les pide demasiado a los galgos y a otros perros de caza, tienen que ser los mejores. Para ser el mejor deportista hace falta una buena alimentación y un buen entrenamiento pero esto conlleva un esfuerzo que no todos los cazadores están dispuestos a hacer. Es más fácil atar a los galgos a un coche o moto y darlos una vuelta  después de trabajar, algo totalmente prohibido por la Ley 5/2002 de mayo, de Protección de los Animales en la Comunidad Autónoma de Extremadura (con el peligro que esto conlleva para los perros… ¿quién no lo sigue viendo en nuestro pueblo?).

También hay que hablar de los accidentes que se producen cazando; perros muertos por disparos, prendidos a alambradas, roturas de huesos etc., o como el último caso del que recibimos aviso el 8 de enero de este mismo año, domingo, en el que un galgo impactó con un tubo y murió en el acto (tenemos fotografías del animal pero son muy desagradables).

No podemos dejar de hablar de la importancia de la edad. En “Mi blog de galgo” escribe “He vivido el correr galgos hasta los 8 y 9 años, por este motivo no se criaba tanto, porque uno iba al campo a disfrutar”. No hace falta ser cazador para saber que la media de edad de los galgos que vemos a nuestro alrededor no es precisamente de 8 y 9 años sino mucho menor y esto nos hace preguntarnos ¿Dónde están los galgos ancianos en nuestro municipio? La respuesta es triste y obvia… hay una frase muy dura de este cazador que nos da una idea “Por querer ganar como sea sin importar las consecuencias”.

En este mismo blog que venimos citando dice que la imagen de los cazadores la contaminan documentales como “Febrero, el miedo de los galgos” o “Yo galgo”  y que ellos no están haciendo nada para evitarlo. ¿Evitar qué? ¿Sacar a la luz la fatídica vida de algunos de estos animales? Después él mismo se contradice diciendo textualmente “el ambiente está contaminado y lo hemos contaminado nosotros mismos”. Cuando proyectamos el febrero pasado el documental “Febrero, el miedo de los galgos” hubo un revuelo en el pueblo que se quedó en nada.  Asistieron tres cazadores a la proyección y la frase más dura y explícita dicha por uno de ellos fue “si no quieren que los maten que aprieten el culo”.

Pues si señores, está muy contaminado y ninguna afición se puede justificar si para disfrutar de ella es necesario que miles de animales pierdan su vida.

Muchas asociaciones se han creado en España y fuera de nuestro país para salvar la vida de estos animales descartados por cazadores; SOS  Galgos, Galgos 112, Galgo Leku, Fundación Benjamín Mehnert, Galgos en Familia, Asociación Galgos del Sur, GalgoAstur, Galgos sin Fronteras, Puro Galgo, Amigos de los Galgos Podencos Olvidados y un sin fin de asociaciones más que lo único que hacen es solucionar los problemas que debería estar solucionando el Estado y lo hacen a un coste cero para éste ya que se esta gran labor se realiza con el dinero y esfuerzo de miles de voluntarios/as que queremos y exigimos un mundo mejor para estos animales.

Miles de galgos, podencos y otras razas utilizadas para la caza son adoptados en España y muchos de ellos cruzan la frontera hacia otros países y las instituciones miran para otro lado haciendo caso omiso al calvario por el que tienen que pasar.


Las cosas están cambiando y lo sabemos, hace unos años era de lo más normal ver galgos ahorcados por las afueras del pueblo y nadie decía ni hacía nada. Hoy se está removiendo la conciencia colectiva y se sabe que ya este tipo de prácticas no son aceptadas y, no solamente eso, sino que también  son denunciadas para que finalicen. ¿Quién diría hace unos años que la caza de zorro en Gran Bretaña o las carreras de galgo en Argentina desaparecerían?. No estamos en una época de cambios sino en un cambio de época donde el maltrato animal no tiene cabida.