El próximo domingo, 5 de febrero, tenemos
una cita para defender a todas las víctimas de la práctica cinegética. Habrá
manifestaciones en 25 ciudades españolas. Las más próximas a nuestra zona son
Cáceres y Mérida a las 12h.
Febrero
es un mes fatídico para miles de perros que han sido utilizados para la caza ya
que, como venimos viendo año tras año, terminarán abandonados o muertos. Es en
este mes cuando las asociaciones que se dedican a rescatar específicamente a este
tipo de razas están completamente saturadas con la multitud de casos de
abandonos que se presentan.
Solamente
llevamos tres años trabajando por los derechos de los animales y,
desgraciadamente, hemos visto y nos han contado demasiadas historias del sufrimiento
que tienen que pasar estos perros que
son utilizados para esta práctica.
Cuando
las camadas nacen, muchas de las crías son descartadas y esto no lo controla
absolutamente nadie. Nos encontramos con episodios como el último en el que
intervino nuestra asociación; dos crías de galgo tirados vivos a un contenedor
de la calle Miguel de Cervantes en el Barrio de “Matapalo” en Campanario.
Cuando
a los perros utilizados para cazar se les empieza a enseñar a hacerlo, porque
por mucho instinto que digan que tienen hay que enseñarlos, obviamente no todos
son todo lo bueno que a sus dueños les gustaría que fuesen. Ahí empieza el segundo
“descarte”, si ellos “prueban un perro” y no les gusta cómo lo hace muchos
cazadores no se molestan ni en implantarle el microchip, de esta manera lo que
hagan con este animal (darle, abandonarle o matarle) les resultará más fácil
hacerlo si no está identificado (aunque aparecen muchos perros con el cuello sajado
para extraerle el chip, también encontramos a un bretón en este estado tirado
en un saco a las afueras de nuestro municipio).
Una
vez seleccionados los perros y con el chip implantado (porque según la ley es
obligatorio a partir de los tres meses de vida aunque no siempre se cumpla la
ley) empiezan a cazar y la cosa se puede torcer. Aquí viene donde en “Mi blog
de galgos”, escrito por un cazador, sale a relucir el tema de las envidias, él
dice textualmente “No había tanta envidia, no había tanta ambición. La
competición la veía “como un mundo inalcanzable” por jara y sedal una vez al
año”. Por lo que entendemos que hoy se les pide demasiado a los galgos y a
otros perros de caza, tienen que ser los mejores. Para ser el mejor deportista hace
falta una buena alimentación y un buen entrenamiento pero esto conlleva un
esfuerzo que no todos los cazadores están dispuestos a hacer. Es más fácil atar
a los galgos a un coche o moto y darlos una vuelta después de trabajar, algo totalmente prohibido
por la Ley 5/2002 de mayo, de Protección de los Animales en la Comunidad
Autónoma de Extremadura (con el peligro que esto conlleva para los perros…
¿quién no lo sigue viendo en nuestro pueblo?).
También
hay que hablar de los accidentes que se producen cazando; perros muertos por
disparos, prendidos a alambradas, roturas de huesos etc., o como el último caso
del que recibimos aviso el 8 de enero de este mismo año, domingo, en el que un
galgo impactó con un tubo y murió en el acto (tenemos fotografías del animal
pero son muy desagradables).
No
podemos dejar de hablar de la importancia de la edad. En “Mi blog de galgo”
escribe “He vivido el correr galgos hasta los 8 y 9 años, por este motivo no se
criaba tanto, porque uno iba al campo a disfrutar”. No hace falta ser cazador
para saber que la media de edad de los galgos que vemos a nuestro alrededor no
es precisamente de 8 y 9 años sino mucho menor y esto nos hace preguntarnos
¿Dónde están los galgos ancianos en nuestro municipio? La respuesta es triste y
obvia… hay una frase muy dura de este cazador que nos da una idea “Por querer
ganar como sea sin importar las consecuencias”.
En
este mismo blog que venimos citando dice que la imagen de los cazadores la
contaminan documentales como “Febrero, el miedo de los galgos” o “Yo
galgo” y que ellos no están haciendo
nada para evitarlo. ¿Evitar qué? ¿Sacar a la luz la fatídica vida de algunos de
estos animales? Después él mismo se contradice diciendo textualmente “el
ambiente está contaminado y lo hemos contaminado nosotros mismos”. Cuando
proyectamos el febrero pasado el documental “Febrero, el miedo de los galgos”
hubo un revuelo en el pueblo que se quedó en nada. Asistieron tres cazadores a la proyección y
la frase más dura y explícita dicha por uno de ellos fue “si no quieren que los
maten que aprieten el culo”.
Pues
si señores, está muy contaminado y ninguna afición se puede justificar si para
disfrutar de ella es necesario que miles de animales pierdan su vida.
Muchas
asociaciones se han creado en España y fuera de nuestro país para salvar la
vida de estos animales descartados por cazadores; SOS Galgos, Galgos 112, Galgo Leku, Fundación
Benjamín Mehnert, Galgos en Familia, Asociación Galgos del Sur, GalgoAstur,
Galgos sin Fronteras, Puro Galgo, Amigos de los Galgos Podencos Olvidados y un
sin fin de asociaciones más que lo único que hacen es solucionar los problemas
que debería estar solucionando el Estado y lo hacen a un coste cero para éste ya
que se esta gran labor se realiza con el dinero y esfuerzo de miles de
voluntarios/as que queremos y exigimos un mundo mejor para estos animales.
Miles
de galgos, podencos y otras razas utilizadas para la caza son adoptados en
España y muchos de ellos cruzan la frontera hacia otros países y las instituciones
miran para otro lado haciendo caso omiso al calvario por el que tienen que
pasar.
Las
cosas están cambiando y lo sabemos, hace unos años era de lo más normal ver
galgos ahorcados por las afueras del pueblo y nadie decía ni hacía nada. Hoy se
está removiendo la conciencia colectiva y se sabe que ya este tipo de prácticas
no son aceptadas y, no solamente eso, sino que también son denunciadas para que finalicen. ¿Quién
diría hace unos años que la caza de zorro en Gran Bretaña o las carreras de galgo
en Argentina desaparecerían?. No estamos en una época de cambios sino en un
cambio de época donde el maltrato animal no tiene cabida.